CREAR VS. CONFECCIONAR: LA CONSTRUCCIÓN DE UNA GRAN NORTEAMÉRICA
- Federico Quinzaños
- Apr 28
- 3 min read

En la vasta extensión de Norteamérica, la diferencia entre “crear” y “confeccionar” es fundamental para entender cómo podemos construir una región verdaderamente integrada y rica en diversidad. Mientras que “crear” puede implicar la formación de algo nuevo, a menudo de manera rápida y sin demasiada profundidad, “confeccionar” sugiere un proceso más meticuloso, detallado y colaborativo. Esta distinción es crucial cuando consideramos la integración de Canadá, Estados Unidos y México en una entidad cohesiva que respete y celebre las particularidades de cada nación.
La Diferencia entre Crear y Confeccionar
“Crear” puede ser visto como el acto de producir algo desde la nada, a menudo de manera individual y con un enfoque en la funcionalidad básica. Por ejemplo, uno puede crear un sándwich rápidamente para satisfacer el hambre inmediata. En contraste, “confeccionar” implica un proceso más elaborado y cuidadoso, donde se presta atención a cada detalle, se seleccionan los mejores ingredientes y se considera la presentación final. Confeccionar un pastel, por ejemplo, requiere tiempo, habilidad y una comprensión profunda de cómo combinar sabores y texturas para lograr un resultado excepcional.
Aplicando esta analogía a la construcción de Norteamérica, podemos decir que crear una unión superficial entre los tres países podría resultar en una integración débil y poco sostenible. Por otro lado, confeccionar una unión requiere un esfuerzo consciente para entender y respetar las diferencias culturales, históricas y sociales, trabajando juntos para tejer una red sólida que beneficie a todos.
La Necesidad de la Otredad en la Confección de Norteamérica
El filósofo francés Jean-Paul Sartre afirmó que “el infierno son los otros”, sugiriendo que la presencia y percepción de los demás pueden ser una fuente de conflicto y autoevaluación constante. Sin embargo, esta interacción con “el otro” es esencial para el crecimiento y la comprensión mutua. En el contexto de Norteamérica, la “otredad” representa la riqueza de la diversidad cultural y la oportunidad de aprender y crecer a través de las diferencias.
La tendencia a evitar lo desconocido y aferrarse a lo familiar puede limitar el potencial de una sociedad. En la industria cinematográfica, por ejemplo, se ha observado un aumento significativo en la producción de secuelas y remakes. Según datos de 2021, el 85% de las películas más taquilleras fueron secuelas, remakes o estaban basadas en obras anteriores . Esta preferencia por lo conocido refleja una resistencia al riesgo y a la exploración de nuevas narrativas, lo que puede conducir a una cultura estancada.
Para confeccionar una Norteamérica vibrante y resiliente, es esencial abrazar la otredad, fomentar la innovación y estar abiertos a nuevas experiencias y perspectivas. Esto implica ir más allá de las “mismicidades” y aventurarse en territorios desconocidos que pueden enriquecer nuestra comprensión colectiva y fortalecer nuestra unión.
La Confección como Proceso Colaborativo
La confección de una identidad norteamericana integrada no es tarea de una sola entidad o individuo; requiere la colaboración de múltiples actores de diversos sectores. Académicos, empresarios, artistas, líderes comunitarios y ciudadanos comunes deben participar en un diálogo continuo y constructivo para tejer juntos el tejido social de la región.
Este proceso colaborativo debe basarse en el respeto mutuo, la empatía y la voluntad de aprender unos de otros. Al igual que en la confección de una prenda de alta costura, donde cada puntada cuenta y cada detalle es crucial, la construcción de una Norteamérica unida y diversa requiere atención meticulosa a las necesidades y aspiraciones de cada comunidad.
Conclusión
La diferencia entre crear y confeccionar es más que semántica; es una reflexión sobre cómo abordamos la construcción de nuestra sociedad. Optar por confeccionar una Norteamérica sólida, integrada y diversa implica un compromiso con la calidad, la profundidad y la colaboración. Al abrazar la otredad y trabajar juntos en este proceso detallado y consciente, podemos construir una región más fuerte, resiliente y enriquecida por su diversidad.
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